Manolo Cruz Ortiz de Landázuri
El Dr. Cruz está en el Departamento de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. Está especializado en la dimensión ética del saber en Platón y en el placer en la filosofía de Aristóteles, tema del cual trató su doctorado y la mayoría de artículos redactados a lo largo de su trayecto profesional.
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A lo largo de este curso 2021-2022, es profesor titular de las asignaturas Filosofía de la Naturaleza y Ética, en la UNAV.
Entrevista
​1. Para alcanzar el mayor bien, ¿Se puede hacer el mal?
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Yo creo que es una pregunta, al menos desde el punto de vista filosófico, que tiene una respuesta muy evidente. Normalmente, si el bien es lo que conviene y el mal es lo que no conviene, ¿tiene sentido hacer lo que no conviene para conseguir algo que conviene en mayor medida?
En ciertos ámbitos de la vida práctica se podría aceptar una respuesta afirmativa. Cuando aquello que no conviene no es muy perjudicial ni se quiere de manera directa, es decir, que posee un efecto tangencial, estaría justificada una respuesta de este estilo: "Quizás no me conviene comer este tipo de comida, pero como necesito sobrevivir y no tengo dinero para permitirme mejores alimentos, debo sacar partido a lo que tengo y conseguir un bien mayor que el de comer bien, que es conservar la vida".
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Sin embargo, cuando se habla del mal, se hace referencia a algo que de alguna manera o bien perjudica a uno mismo de manera sustancial o de manera muy profunda, o bien se perjudica a terceros de manera profunda. En este sentido, sería correcto plantearnos si realmente puede conseguirse el bien, o sea, si es posible obtener aquello que mejora el propio individuo a la vez que perjudica a otros o perjudica al propio individuo. Evidente, no es posible conseguir dicho bien.
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¿Por qué? En la medida en que los medios que uno mismo dispone le perjudican, estos dejan de ser buenos medios; de esta manera, ya no se está consiguiendo el bien, sino más bien su contrario: el mal.
2. ¿Es aceptable mentir para proteger a alguien o algo?
De una manera intuitiva, uno diría que, si es una "mentirijilla", no pasa nada, o uno dice si no le digo esto a alguien, lo estoy protegiendo. Entonces, a mí me gusta pensar que la mentira no es simplemente ocultar una verdad, sino que es ocultar una verdad a alguien que tiene el deber de saberlo. En este sentido, ¿yo tengo el deber o el derecho a saber todo lo que pasa en mi familia? Pues, igual no porque puede que no me competa.
Poniendo un ejemplo práctico: el profesor me pregunta dónde estuve ayer y salí de fiesta. ¿El profesor tiene derecho a saber qué hice yo ayer? No. En este sentido diríamos que si le digo dónde he estado, esto me perjudicaría.
Luego, ¿hasta qué punto yo, demostrando una verdad, realmente estoy mintiendo o simplemente me estoy protegiendo?
O un gobernante. Si un gobernante contara a todo el país que hay una amenaza terrorista, y (piensa) que hay que contarles a los ciudadanos porque tienen el derecho de saberlo, a lo mejor no, porque no tienen el deber de ser informados. Es más, igual yo como gobernante tengo el deber de asegurar una serie de bienes.
Al menos a mí me parece que la mentira se tiene que medir desde una serie de circunstancias. Con esto no quiero decir que sea relativo. Simplemente, como dice Aristóteles: para una serie de circunstancias siempre hay una mejor opción. Entonces, realmente hay que ver a quién se le está contando algo, si realmente es una persona que necesita o debe saberlo o más bien lo contrario.
En este sentido, incluso uno podría mentir (en el sentido de ocultar una verdad) para protegerse.
¿Tiene algún impacto conocer la teoría en la práctica?
Yo creo que en la medida en que conoces la teoría, eso te ayuda muchas veces a tener un juicio más objetivo en la práctica. El riesgo, si no, es que todo sería muy subjetivo. La teoría da criterios muy objetivos. Si yo a ti no te digo esto, te estoy mintiendo y te estoy perjudicando y yo me estoy haciendo un mentiroso. En la medida que reflexiono sobre esto – que a mí me parece que, en la Filosofía, la teoría sobre todo es esa reflexión –normalmente es más fácil que acierte.
3. Dicen que el buen ladrón no quisiera tener que robar. ¿Existe tal cosa como un buen ladrón, aquel que roba por necesidad?
Sí. Lo que pasa es que está toda la teoría de la propiedad: yo soy dueño de algo porque de alguna manera la sociedad me reconoce que yo soy dueño de esa cosa y que puedo tenerla porque cumple un papel en la sociedad. Pero, claro, se suele decir, si alguien está pasando necesidad, ¿hasta qué punto él puede tomar parte de mis bienes porque realmente los necesita? Los puede pedir, ¿y si no se los quiere dar?
Vamos a suponer que tengo exceso de bienes básicos, digamos que, de comida, y un pobre no tiene qué comer. Un pobre me puede venir y pedir. Le puedo decir que no se la quiero dar. De alguna manera esos bienes son míos, pero hasta cierto punto porque de alguna manera cumplen también un papel en la sociedad y hay un destino universal, como se suele decir, donde los bienes contribuyen al bien común. Si no quiero compartirlo, es como si dejaran de ser míos y él pudiera tomar de los míos.
Pero quitando esos casos que a veces son extremos, diríamos que son casos donde hay una necesidad muy evidente. Parece que la propiedad se tiene que respetar y no se puede robar así porque sí.
O uno podría decir que sucede lo de Robin Hood. Ahí caeríamos en una especie de relativismo. O sea, quién es quién para juzgar cuándo hay que robar y cómo hay que administrar los bienes. Normalmente decimos que hay un estado, unas leyes que aprobamos entre todos, pero si te las saltas porque a ti te parece, a otro le puede parecer otra cosa y así se va el caso. El bien se dice respecto a una serie de necesidades. No se dice que esto es bueno porque sí, sino que tiene que haber una justificación racional.
4. Se dice comúnmente que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones ¿Cree usted que la intencionalidad determina el valor moral de una acción? 
Normalmente, cuando se dice intencionalidad, se entiende la intención con la que estoy haciendo algo. Eso se suele considerar que forma parte de la acción. Si dices que vas a dar dinero a los pobres, es extraordinario. Si quiero dar dinero a los pobres, por dar envidia a otra persona, hay una intención ahí que no hace del todo buena la acción.
Yo diría que sí. La intención es parte de la acción y no puedo decir que algo es bueno o malo independientemente de la intención. A la vez, no puedo hacer una mala acción con una buena intención. Tener una buena intención no justifica una mala acción. Es como tener un equilibrio, las intenciones tienen que ser buenas pero las acciones también.