Pedro García del Barrio
El Dr. García está en el Departamento de Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Navarra. Sus líneas de investigación son Applied Economics, Labour Economics y Sport Economics.
Actualmente es profesor de Principles of Microeconomics, Macroeconomics (PPE) y Economía Política (Derecho).
Entrevista
1. ¿Se puede generar riqueza sin que haya pobreza de manera colateral?
Por supuesto. Hay multitud de ejemplos a lo largo de la historia que han crecido sin que su desarrollo económico haya ido acompañado de mayor desigualdad. El hecho de que también existan ejemplos de lo contrario no legítima que se admita de manera general que "la pobreza de unos es condición necesaria para el enriquecimiento de otros". Mi impresión es que una afirmación semejante debe ser resultado del desconocimiento de los casos que menciono, o de algún déficit de comprensión. En todo caso, no es el momento de entrar en debates como el que recientemente abrió el economismo francés: Thomas Piketty.
2. ¿Considera que el sistema favorece los intereses de las clases poderosas o de las clases medias y bajas? ¿Por qué sí o por qué no?
Habría que especificar qué se entiende por "sistema". Si se trata de sistema económico, aún habría que distinguir entre sistema de libre mercado, capitalismo, sistema social de mercado, etc. En mi opinión, la mayoría de disfunciones actuales del sistema de libre mercado no son aspectos intrínsecos del propio sistema, sino el abandono de algunos valores que vertebraban ese sistema y garantizaban su buen funcionamiento.
3. ¿Considera que la igualdad económica entre la sociedad es necesaria y justa? ¿Puede haber igualdad económica en el sistema o es eso una idea insostenible?
Convendría distinguir entre igualdad e igualitarismo. Si por igualdad se quiere indicar equidad y justicia distributiva, entiendo que forma parte del núcleo de objetivos de política económica. Por el contrario, si se pretende imponer un sistema en el que todos los individuos participen por igual del bienestar material con independencia de su trabajo, esfuerzo, compromiso y contribución, me temo que sería un error conducente a situaciones permanentes de abusos.
4. “El pobre es pobre porque quiere”; ¿Esta premisa es cierta o falsa? ¿Por qué sí o por qué no?
Como muchas formulaciones absolutizadas y taxativas, me parece una frase desacertada, puesto que sin duda hay personas a quienes sus circunstancias dramáticas les han abocado a situaciones de pobreza, marginalización y exclusión. Por supuesto, la afirmación que acabo de hacer no significa caer en el extremo contrario: es decir, esa frase puede describir también algunas situaciones, al menos en alguna medida.
Para concluir estos breves comentarios, me gustaría señalar una idea que he ido madurando durante años (cuando he leído y reflexionado sobre estas cuestiones). En mi opinión, la práctica totalidad de los problemas de desigualdad que padecemos podrían subsanarse (o al menos aliviarse) con un diseño correcto del régimen de incentivos y de las cuestiones de retribución.
Concretamente, pienso que es vital preservar la vinculación entre retribución - esfuerzo - productividad, sin perjuicio de que también conviene evitar las situaciones en las que algunos pocos logran grandes ingresos sin que medie un grado de esfuerzo proporcionado.